En una época en la que cada vez se valora más la libertad para vivir la vida del modo que queramos, el tema del compromiso en la pareja resulta muy complejo.
En nuestros días el individualismo lo impregna todo, y eso para algunos significa que los ciertos vínculos emocionales intensos, como el amor de pareja, ya no tienen demasiado sentido. Sin embargo, cualquier relación amorosa requiere de una cierta cantidad de compromiso, algo que demuestre que estamos dispuestos a invertir esfuerzos en ella.
En las próximas líneas veremos varias ideas clave para cultivar el compromiso en la pareja y a la vez evitar que este se convierta en un sistema de control constante y enfermizo que convierta la relación en una tiranía.
Cualquier relación de pareja necesita, para subsistir, algo más que el puro sentimiento del amor. Para mantenerse y desarrollarse requiere de elementos materiales, un entorno en el que poder prosperar. A fin de cuentas, el amor no es más que las personas que la forman: no existe si no existen cuerpos, y los cuerpos necesitan un ambiente en el que vivir su día a día.
El compromiso en la pareja es el conjunto de todas aquellas garantías que muestran que la relación de pareja tiene y tendrá un contexto en el que desarrollarse y existir como tal. Así pues, su componente fundamental es la estabilidad, la cual permite tener confianza en que el noviazgo o el matrimonio tienen futuro.
Por ejemplo, todas aquellas iniciativas que tengan que ver con buscar un horario de trabajo que permitan pasar un mínimo de horas de la semana juntos es una expresión de compromiso en la pareja, y lo mismo ocurre con la búsqueda de un lugar en el que se pueda alquilar un piso para vivir en pareja, si esa es la voluntad de los dos.
Estos consejos pueden ser muy útiles para reforzar el compromiso en la pareja y crear un ambiente en el que sea posible trazar planes de futuro en común.
Puede sonar poco romántico, pero si no se trabaja para conseguir y mantener las condiciones mínimas de vida en común, es muy difícil que el compromiso se mantenga. Eso significa, por ejemplo, que hay que cuidar de todos los elementos materiales que son compartidos y que permiten compartir un lugar.
Por otro lado, si se quiere vivir en el mismo inmueble hay que tener en cuenta que ese espacio es más que un techo en el que vive uno mismo, dado que encaja con las necesidades de ambos (y dado que sería complicado encontrar otro lugar que satisfaga las necesidades de ambos, se lo valora más aún).
La honestidad es uno de los principales valores que hay que cultivar en una relación de pareja.
Por supuesto, mantener un vínculo amoroso sano no significa tener que compartir todos y cada uno de los secretos que tenemos dado que nuestra individualidad debe ser preservada, pero de todas formas, hay que acostumbrarse a compartir con la otra persona opiniones, reflexiones, preocupaciones, creencias y todo aquello que estructura nuestra manera de ser y de comportarnos.
Solo a través de la honestidad es posible demostrar que la pareja se sostiene sobre la igualdad, dado que al estar toda la información relevante encima de la mesa, cada persona sabe qué se puede esperar de la otra y qué es lo que esta quiere en su vida.
A pesar de que esforzarse por la pareja es indispensable para que esta goce de buena salud, es necesario no olvidar que cada vez que se realiza un sacrificio por mantener vivo el vínculo, eso es un motivo de agradecimiento y una muestra de aprecio.
Respetar a la otra persona es una necesidad básica de las relaciones de pareja, no solo a la hora de mantener su estabilidad y de expresar el compromiso amoroso.
Sin embargo, por lo que respecta al tema que estamos tratando aquí, el respeto aporta la idea de que se reconoce a la otra persona como un ser con criterio y voluntad propia, capaz de tomar sus propias decisiones de manera autónoma, y por lo tanto se expresa su valor. Esto es una garantía de que será una parte decisiva en el rumbo que tome la relación de pareja en el futuro.
Hay que asegurarse de que las formas de compromiso son las mismas para ambos, sin que se dé la situación de que solo uno debe cumplir ciertos requisitos, mientras que el otro no está sujeto a esta norma. De esta manera queda claro que no se producirán decisiones importantes de manera unilateral.
Fuente: https://psicologiaymente.com/