La actual pandemia ocasionada por el virus Sars-Cov-2 responsable de la enfermedad de COVID-19 contra la que el mundo se enfrenta en estos momentos ha generado una diversidad de situaciones negativas, además de los lamentables fallecimientos de familiares, amigos o conocidos.
Entre las situaciones que ha desencadenado esta problemática se encuentra la violencia doméstica y de género que cierta parte de la población ha enfrentado en estos cuatro meses de aislamiento desde el inicio de esta enfermedad en México.
Antes de continuar debemos conocer lo que abarca el termino violencia. Se considera violencia a “toda conducta o amenaza que se realiza de manera consiente y que causa daño físico, psicológico, sexual o económico”(1). Ahora que ya conocemos esta definición, podemos definir a la violencia doméstica como “el acto en el cual se abusa del poder para dominar, someter, controlar o agredir de manera física, verbal, psicológica, patrimonial, económica y sexual a una persona, dentro o fuera del domicilio familiar, sea o haya sido pariente o conyugue”(2).
Avanzando en esta dirección, debemos conocer lo que significa entonces también la violencia de género, definida como “todo acto de agresión que ejerce un sexo hacia el otro, es decir, hombre hacia mujer o mujer hacia hombre.”(1)
La Norma Oficial Mexicana NOM-046, consensuada por el Diario Oficial de la Federación (DOF) acerca de la “Violencia familiar”, habla de algunos datos médicos que deben tomarse en cuenta en esta definición. Dentro de los indicadores de violencia física se encuentra cualquier evidencia que corresponda a: “lesiones o heridas, recientes o antiguas, con y sin evidencia clínica o mediante auxiliares diagnósticos, en ausencia de enfermedades prexistentes” (7); como moretones, raspaduras, cortaduras, fracturas, quemaduras, luxaciones, lesiones musculares, golpes en la región de la cabeza, en la cara, etcétera. Se entenderá por indicadores de violencia física a cualquier “síntoma y signo indicativo de alteración a nivel del área psicológica; autoestima baja, sentimientos de miedo, de ira, de vulnerabilidad, de tristeza, de humillación, de desesperación, entre otros” (7).
Lo anterior es de gran relevancia, ya que podemos observar que la definición de violencia domestica incluye nuestro hogar que, sin duda, en la gran mayoría de las ocasiones es un recinto donde podemos sentirnos seguros, protegidos e incluso felices. Sin embargo, esto no representa la verdad absoluta para todas las personas, ya que existe la otra cara de la moneda en la que para algunos el hogar representa un lugar de miedo, preocupación, incertidumbre, desesperanza e infelicidad.
La presencia de este tipo de situaciones no es nada nuevo. Uno de los muchos resultados originados por los tiempos actuales que vivimos debido a la actual pandemia por COVID-19 es el incremento de la percepción en la violencia doméstica y de género, ya que estas pueden aparecer de la nada o hacerse más notorias, inclusive en aquellos ambientes que consideramos más estables. Sin embargo, no es una situación que se haya establecido gracias a la situación de “cuarentena” en la cual nuestro país se encuentra, es más bien un hecho agravado por la necesidad de permanecer en casa.
Considerando lo anterior, una de las situaciones que más ha destacado durante esta pandemia es la violencia de género, principalmente frente a las mujeres (3). Debemos recordar que lamentablemente nuestro país es uno en el que aún en estos tiempos existen diversas creencias, culturas o situaciones que llevan a cierta parte de la población a discriminar a la mujer, no considerar su opinión y en muchas ocasiones violar sus derechos e integridad (4)(5). Sin embargo, también en estos tiempos se cuenta con la otra cara de la moneda, la cual es la presencia de organizaciones y ciertos actores, tanto públicos como políticos, que han aparecido a escena a favor de defender y respetar los derechos, la integridad y la autonomía de las mujeres.
Estas acciones llevan a que cada vez más las mujeres incrementen su participación en la sociedad y en las decisiones del país, ya que cuentan con la posibilidad de ocupar puestos importantes de la sociedad y la política para que la violencia doméstica y de género puedan tomar un nuevo rumbo hacia la disminución de estas problemáticas.
Sin embargo, lo anterior se ha visto eclipsado por el aumento de casos de violencia tanto doméstica y de género durante esta pandemia. Existe una variedad de causas que han originado estas acciones. Entre las más importantes se encuentran el aislamiento, el estrés, la incertidumbre (3), las barreras que dificultan la solicitud de ayuda y la denuncia a las autoridades.
Con lo anterior no buscamos ignorar las leyes de aislamiento o distanciamiento social con las que contamos en la actualidad, ya que al explicar esto queremos que quede algo perfectamente claro, el aislamiento en estos tiempos es una de las principales medidas con las que contamos para protegernos frente al COVID-19.
Este artículo solamente tiene la finalidad de explicar la situación de violencia doméstica y de género ocasionada durante esta pandemia. Al mismo tiempo, pretendemos generar un ambiente de acción social en el que se facilite la participación de la población y de las autoridades en todos los sectores, con el propósito de lograr un mayor impacto en la detección de probables casos y, con esto, la promoción de la salud.
Pero, ¿por qué el aislamiento ha sido detonante de estas problemáticas? De acuerdo a Sra. Dubravka Šimonović relatora especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias (6), el aislamiento obliga a las personas, en este caso a las mujeres, a mantenerse en sus hogares junto con las personas que pueden llegar a generar algún tipo de daño hacia ellas y, debido a que existe aún cierta parte de la población femenina que no se atreve a alzar la voz por el miedo que sus agresores infieren sobre ellas, esto lleva a que no se conozca la gravedad ni la estadística completa de estas acciones.
Referente a la violencia de género, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que “cada año, aproximadamente 770 millones de mujeres son agredidas por su parejas y exparejas en el planeta” (9); una cifra que no desencadena ninguna reacción proporcional por parte de las autoridades y, en dado caso, se necesitarían medidas exageradas ante esta cifra. El agresor (cualquier persona que realice un ataque físico o psicológico) aleja a la mujer de sus posibles fuentes de apoyo, “fundamentalmente familia, amistades y entornos con el doble objetivo de aumentar el control” (9). La Organización de las Naciones Unidas (ONU) menciona que “en los últimos 12 meses, 243 millones de mujeres y niñas (de edades entre 15 y 49 años) de todo el mundo han sufrido violencia sexual o física por parte de un compañero sentimental” (10).
En México existe el Banco Nacional de Datos e Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres, a cargo en un inicio de la Secretaria de Seguridad Pública (SSP), el cual contiene información acerca de todas las instancias dedicadas a la atención de mujeres en situación de violencia de acuerdo a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia” (8) (LGAMVLV), sin embargo, actualmente se encuentra aún en proceso de implementación lo que imposibilita el acceso a la estadística exacta sobre este tema. Sumado a esto, la falta de recursos educativos, económicos, de espacio en las viviendas, enfermedad crónica, entre otros, causa un espacio de convivencia empobrecido y susceptible a una situación de violencia.
Es necesario determinar la presencia de cualquier dato que nos oriente a la existencia de posibles actos de violencia doméstica y permitir la búsqueda intencionada de los indicadores previamente mencionados y definirlos como actos aislados o repetitivos para descartar su existencia.
La violencia doméstica y de género es un hecho muy marcado en nuestra comunidad, muchas veces es silenciosa y pasa desapercibida. Sin embargo, en estos tiempos cada día se ve más marcada por la presencia de carteles, marchas, voceos, canciones, poesía, publicaciones en redes sociales y pintura.
Es por esto que su incremento en esta época de confinamiento y aislamiento nos da una oportunidad de poder buscar mayor soluciones a esta problemática. Algunos de los métodos que se pueden implementar para solucionar esto es el aumento de instancias o refugios, así como líneas de soporte y apoyo económico; también deberán crearse medidas de prevención y defensa.
El contribuir está en nuestras manos, siempre apoyados de información y capacitación para poder tener un mejor impacto en la población. La violencia doméstica y de género son temas que nos afectan a todos los niveles de la sociedad y es por este motivo que está en nosotros buscar el cambio.
Responsables de área de PRIMERO en ASUA: el Dr. José Antonio Bonilla Castillo y la Dra. Valeria Díaz Peribán.
Referencias
1. Social IM del S. Violencia de género [Internet]. 2015 [cited 2020 Jul 21]. Available from: http://www.imss.gob.mx/salud-en-linea/violencia-genero
2. Exteriores S de R. Violencia Doméstica [Internet]. 2019 [cited 2020 Jul 18]. p. 2019. Available from: https://embamex.sre.gob.mx/alemania/index.php/es/proteccion-consular/violencia-domestica
3. Organización Panamericana de la Salud. COVID-19 y violencia contra la mujer. Lo que el sector y el sistema de salud pueden hacer [Internet]. 2020 [cited 2020 Jul 19]. Available from: https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/52034/OPSNMHMHCovid19200008_spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y
4. Organización Panamericana de la Salud. Violencia contra la mujer [Internet]. 2017 [cited 2020 Jul 19]. Available from: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/violence-against-women
5. Dgc P., Comisi L., Humanos D., Nacional O., General L., Libre V. Demanda CNDH al Estado mexicano atención inmediata al feminicidio y la violencia de género, además de abatir la impunidad que priva en muchos de los casos [Internet]. 2020 [cited 2020 Jul 20]. Available from: https://www.cndh.org.mx/sites/default/files/documentos/2020-02/COM_2019_043.pdf
6. Šimonović D. Convocatoria de presentaciones : COVID-19 y el incremento de la violencia doméstica contra las mujeres [Internet]. 2020 [cited 2020 Jul 20]. Available from: https://www.ohchr.org/SP/Issues/Women/SRWomen/Pages/call_covid19.aspx
7. Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Norma Oficial Mexicana NOM-046-SSA2-2005 [Internet]. 2020 [cited 2020 Jul 27]. Available from: https://www.cndh.org.mx/DocTR/2016/JUR/A70/01/JUR-20170331-NOR19.pdf
8. Instituto Nacional de las Mujeres. Estadísticas de violencia contra las mujeres en México [Internet]. 2020 [cited 2020 Jul 27]. Available from: http://estadistica.inmujeres.gob.mx/formas/convenciones/Nota.pdf
9. Acosta ML. Violencia de género en tiempos de pandemia y confinamiento, Revista Española de Medicina Legal [Internet]. 2020 [cited 2020 Jul 31]. Available from: https://doi.org/10.1016/j.reml.2020.05.005
10. Phumzile Mlambo-Ngcuka. Organización Mundial de la Salud: Violencia contra las mujeres: la pandemia en la sombra [Internet]. 2020 [cited 2020 Jul 31]. Available from: https://www.unwomen.org/es/news/stories/2020/4/statement-ed-phumzile-violence-against-women-during-pandemic